Poemas de Andrés Morales (Chile)










Por ínsulas extrañas

Por ínsulas extrañas
una paloma descansa
sus huesos derramados.

Del hierro muerto nace
la piel desencajada;
del hierro, dientes huecos
acechan en la puerta.

Por siglos negra y seca
la sangre nos espera,
la reja demolida,
la casa negra y seca.

Del agua resbalando
la muerte nos señala,
nos hiere, nos enciende.

Por mármoles, ciudades,
el ojo no se cierra:
miramos los espejos.

Del sueño caminamos
al sueño bostezando
y en trenes y estaciones
perdemos la nostalgia.

Por huesos la paloma
levanta las tormentas,
por brazos las extiende:

Del círculo de fuego
llegamos al desierto,
vendimos las antorchas,
clavamos las campanas.

Por últimos caminos
se doblan los planetas:

Por ínsulas extrañas
descansan las palomas
mordiendo sus heridas.

Las águilas del odio.


Entre hermanos

-Tú no te acuerdas del sol
que vimos en Utah:
cómo corrían mormones
bajo la lluvia creciente.

-Tú no te acuerdas,
tú no te acuerdas.

(Otra vez la lluvia asemeja
las noches del teatro vacío
y James O'Neill se muere
como un caballo de piedra).

-Tú no te acuerdas del sol:
Yo solo veía amanecer
y tú cerrabas postigos
para soñar con los aplausos.


Adriático en Dubrovnik

Este mar este mar Este Mar

Único perfecto conjugado
navegándose perpetuo en su descanso
ceremonia rito de lenguaje

He aquí el rostro de las horas
el brazo que recorre y no respira

(Yo he visto como el sol en su cadencia
adivina el arrebato la partida)

Argonautas que regresan con manzanas
lirios islas en las manos
y el peso de mis ojos en su viaje

Aquí el mar completo en su desnudo
frágil terrible cuerpo entero

Aquí converge el sueño por su sangre
y rompe el sol su centro presentido


(A Jaime Siles)

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