Poemas de Enrique Lihn (Chile)













Pies que dejé en París

Pies que dejé en París a fuerza de vagar
religiosamente por esas calles sombrías
La ciudad me decía no eres nada a cada
vuelta de sus diez mil esquinas
y yo: eres bella, a media legua, hundiéndome
otro poco en el polvo deletéreo:
nieve a manera de retribución,
y en la boca un sabor a papas fritas



Del mar espero barcos, peces, olas

Del mar espero barcos, peces, olas

del cielo nada más que sol y viento,
la lluvia, el arco iris y el aliento;
de la tierra no verme en ella a solas.

Espero de la tierra no hacer colas
ni así hormiguear buscando mi sustento;
quiero en todo ganar el mil por ciento
y pasármelo todo por las bolas.

No quiero nada más que lo imposible
yo que, modestia aparte, lleno el mundo:
el pez más grande y menos comestible:
hacer en paz la guerra a medio mundo

y a la otra mitad.
Indestructible,plaga del pobre, horror del vagabundo.


Market Place

Cirios inmensos para siempre encendidos,


surtidores de piedra, torres de esta ciudad
en la que, para siempre, estoy de paso
como la muerte misma: poeta y extranjero;
maravilloso barco de piedra en que atalayanlos
reyes y las gárgolas mi oscura inexistencia.

Los viejos tejedores de Europa todos juntos
beben, cantan y bailan sólo para sí mismos.
La noche, únicamente, no cambia de lugar,
en el barco lo saben los vigías nocturnos
de rostros mutilados. Ni aun la piedra escapa

—igual en todas partes— al paso de la noche.

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